¿Y si no era miedo al compromiso, sino miedo a ser visto?
Decimos que alguien tiene miedo al compromiso y lo entendemos como una especie de alergia a lo estable, a lo duradero, a lo serio. Lo usamos casi como diagnóstico, como si fuera un fallo de fábrica que impide amar ”bien”. Pero, ¿y si no se tratara exactamente de eso? ¿Y si el verdadero miedo no fuera comprometerse, sino ser visto… realmente visto? Porque comprometerse no es simplemente decir que ”sí” a una relación. Es exponerse. Leer más…